Ubicada en el interior del entramado urbano, Bodegas Tradición se refunda en 1998 recuperando el estilo y procedimientos tradicionales bodegueros que dieron a Jerez su esplendor para elaborar vinos de la máxima calidad certificada, una manera de entender su crianza necesariamente exclusiva explica Helena Rivero, propietaria y presidenta de Bodegas Tradición CZ.
En época estival, tres pies de parra sombrean y refrescan el patio de acceso a la bodega. El primero de los pies es centenario, el segundo fue sembrado en los años 90 y el tercero es de reciente plantación. Tras el patio encontramos la calle interior que conecta con la nave principal donde se encuentran las botas y que recientemente ha sido intervenida con la plantación de varias parras adosadas a los muros.
El archivo más antiguo que existe sobre vino de Jerez se encuentra en manos de estas bodegas, las cuales desde sus inicios dieron especial importancia su conservación. Un extenso número de documentos históricos describen su trasiego comercial desde su fundación en 1650 por Pedro Alonso Cabeza de Aranda y Zarco. Actualmente, este patrimonio documental se encuentra en proceso recuperación, conservación, catalogación y digitalización.
Sumado a la pinacoteca, un archivo fotográfico completa la vertiente más cultural de Bodegas Tradición. Está compuesta por más de 30.000 imágenes y documentos que se remontan a 1860, y que reflejan aspectos tan variopintos como las faenas de la bodega, jornadas de toros o las fiestas más típicas de la ciudad.
Bodegas Tradición promueve con dedicación estos espacios y productos culturales que, como sus vinos, «abren el espíritu» y prueban la enorme importancia de una industria, la del vino de Jerez, que a mediados del siglo XVIII era responsable del 13 % de las exportaciones de todo el imperio español.